La selección para realizar cada uno de los Habanos es puro arte que poco ha cambiado en 200 años.
El camino hasta el producto final es largo, desde el cuidado por la semilla, hasta todo el proceso de diferentes cultivos dependiendo del uso de la hoja; si es para capa o tripa.
El clima de Cuba posee temperaturas óptimas para el cultivo del mejor tabaco. Su calidad depende en gran medida de las condiciones en la que es cultivada, sin olvidar el riego, quizás el factor que más limita el cultivo, tanto cualitativamente como cuantitativamente.
Tras la recolección, deberán pasar muchos meses e incluso en muchos caso años para que la hoja esté preparada para su uso. Y es entonces cuando comenzará el proceso de la cuidada elaboración del Habano.